Los ingresos no son el
factor económico más directo para incluir a una persona en una clase. Por ello,
no es suficiente implementar políticas redistributivas y asistenciales.
Debemos, además, estudiar cada acción del Estado mexicano para ver qué incidencia
tiene esa política sobre la clase media y crear políticas directamente
promotoras de la misma.
Situar la clase media en el
centro de la agenda nacional podría ser la solución a los problemas que tanto
nos aquejan, tales como son los temas de inseguridad, educación, desempleo, pobreza,
corrupción, desigualdad e ingobernabilidad.
Debemos tener en cuenta de
que los países no dejan de ser pobres por el puesto que ocupan sus millonarios
en el ranking de los más ricos. El verdadero secreto para alcanzar este
objetivo se encuentra en la clase media, pues es esta la clase activa,
trabajadora, que a cada paso se mejora y en la que la democracia debe confiar y
descansar su progreso.
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