La seguridad humana consiste
en el ejercicio de 58 derechos humanos, muchos de los cuales no son respetados
en nuestro país. Al darse estas fallas, los grupos criminales organizados se
aprovechan de las carencias que el Estado tiene con la sociedad.
Sin embargo, existen ciertos
controles que si se pusieran en práctica adecuadamente podrían ayudar a detener
la evolución de las organizaciones criminales, tales como: los controles
judiciales que se refieren a la capacidad del Estado para disuadir y sancionar comportamientos
antisociales; los controles patrimoniales que revelan el esqueleto de negocios
de una organización criminal; los controles de la corrupción que buscan un
programa de protección a testigos y denunciantes de corrupción, y los controles
sociales que consisten, primordialmente, en identificar factores de riesgo en
distintos ámbitos.
La evolución del crimen
organizado durante los últimos años es un hecho que no se debe a una sola
causa, sino a una multiplicidad de factores, que se combinaron para dar como
resultado una situación que atenta cada vez más contra la seguridad humana de
los mexicanos, tales como: la estructura social de la población, las tensiones
internas de los grupos criminales, el encarecimiento de la cocaína, el
abaratamiento de las armas, las medidas más agresivas del gobierno en contra
del crimen organizado, entre otras.
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